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Elegir la silla de montar adecuada es esencial tanto para ti como sobre todo para tu caballo.
Si entras en un guadarnés cualquiera podrás comprobar como la mayoría de las sillas de montar son muy parecidas. Parece que el criterio principal para elegir la silla de montar es “la misma que tiene ese”.
Las tiendas tampoco ayudan demasiado. Cuanto menor sea el stock de modelos de sillas de montar, tanto mejor para el negocio. Lo importante es tener el modelo de silla de montar que pide la mayoría: “la misma que tiene ese”.
Juagar al pádel con una raqueta de tenis
O salir a correr por el parque con zapatos de tacón de aguja. Son situaciones esperpénticas, ¿verdad? ¿Y por qué?
“Yo quiero jugar al pádel con una raqueta como la de Rafa Nadal”. Ya. Pero es que Rafa Nadal no juega al pádel, juega al tenis.
Antes de decidir cuál es la silla de montar adecuada para ti y para tu caballo tienes que hacerte una pregunta ¿para qué voy a usarla?
En efecto. Piensa en raquetas. Seguro que tendrás claro qué tipo de raqueta vas a necesitar en cuanto sepas si quieres jugar al tenis, al pádel, al bádminton o al tenis de mesa. Para todas esas actividades necesitarás una raqueta pero ésta será notablemente distinta según el uso al que esté destinada.
Cómo elegir la mejor silla de montar para tu caballo
Permíteme que te cuente una historia.
Compré a mi caballo Perseo con la idea de dedicarme principalmente a la práctica de la doma clásica. Por tanto, necesitaba una silla de doma clásica.
Unas semanas antes de comprar al caballo, un cliente del mismo centro hípico, que estaba a las afueras de Barcelona, estuvo de viaje en Londres. Allí pasó por delante de una tienda de hípica y no pudo resistir hacer una compra por impulso. Compró una de las mejores sillas hechas a mano, una Albion “para todo uso·”, hecha a mano. Pagó tres mil euros por ella.
Al llegar a Barcelona, resultó que la silla no era adecuada para su caballo. No se adaptaba a la cruz, ni a la forma de la espalda. Así que me la vendió por 600 €.
Y yo me dediqué a la Doma Clásica con una fabulosa silla para “todo uso”. Aunque, eso sí, a Perseo le iba como un guante.
Por qué los esquís no se hunden en la nieve y no deberías usar una silla de montar común durante más de una hora
Por “silla de montar común” entendemos una silla de las más habituales en un guadarnés: doma clásica, salto, o todo uso. Y por esquís nos referimos a esas tablas que te pones bajo los pies para deslizarte por la nieve.
Empecemos por la nieve.
Imagina una superficie llena de nieve virgen. Si intentas andar sobre esa superficie, te pongas como te pongas, te hundirás hasta las rodillas.
Pero si a tu peso, añades el peso de un par de esquís, la cosa cambia. Pesas más, pero no te hundes en la nieve. ¿Por qué?
Porque en lugar de concentrar todo el peso de tu cuerpo en una superficie tan reducida como la planta de tus pies, repartes ese peso por toda la superficie de los esquís. Tu peso por centímetro cuadrado es muchísimo menor y por eso te quedas sobre la nieve y puedes deslizarte.
Piensa en esto cuando le calces la silla de montar a tu caballo. Cuanto más reducida sea la superficie de contacto de la silla con el lomo del caballo, más le pesarás. Independientemente del peso de la silla.
Por eso, si usas una silla de montar común, no deberías estar más de una hora sobre tu caballo. Si quieres estar sobre tu caballo más tiempo, tienes que elegir sillas más grandes, aunque sean más pesadas. Tu caballo se sentirá más ligero y le molestarás muchísimo menos. Las sillas western son una de las mejores opciones. De hecho, se diseñaron precisamente para eso, para estar horas sobre un caballo.
Compra una silla de montar como si fueran unos zapatos para ti
Imagina que te has comprado unos zapatos buenísimos, carísimos y preciosos. Te encantan. Pero no acaban de ajustarse a tus pies. En seguida aparecen llagas y rozaduras en el talón y en los dedos de tus pies. Cuanto más rato los llevas, más dolor te producen.
Eso sí, son muy bonitos.
Nadie puede imaginar lo mucho que sufres para lucirlos.
Esto es justo lo que le ocurrirá a tu caballo si no eliges la silla de montar adecuada para él. Además, te prometo que al caballo le importa un rábano si la silla es bonita o es cara. Lo que él querría es que te la pusieras tú.
¿Qué tipo de caballo tienes?
¿Le pondrías la misma sílla a un caballo de deporte, que a un caballo pura raza española o a un caballo de pura raza árabe?
Espero que tu respuesta haya sido un no rotundo y sonoro.
La talla de la silla
En américa, las sillas de montar tienen distintas tallas para la cruz y diferentes ángulos de apoyo para los hombros del caballo.
Aquí tienen diferentes tallas para el culo del jinete.
Encontrarás muchos tutoriales para saber si tu silla encaja bien con tu asiento y muy pocos para saber qué silla es la que encaja mejor con la estructura de tu caballo.
Si fuera posible, lo mejor que podrías hacer es llevar tu caballo a la tienda e ir probando sillas hasta que encuentres la que le va mejor. ¡Qué tengas suerte!
Pero la opción más adecuada, y también la más cara, es que saques la plantilla de la espalda de tu caballo y se la entregues a un guarnicionero para que te haga la silla que le va perfecta.
En este vídeo Kitt Hazelton te muestra cómo obtener una plantilla para que encuentres o te fabriquen la silla de montar más adecuada para tu caballo.
En cualquier caso, seguramente habrás oído eso de “cómprate una silla de 17 pulgadas, o de 17’5, bla, bla, bla…”
¿A qué se refieren?
Las pulgadas de las que te hablan se refieren a la longitud del asiento de la silla. Y en lugar de comprar la que te dicen, deberías comprar la que te va bien. Para saberlo, no tienes más que sentarte en la silla y comprobar si encaja con tus medidas. Siéntate bien, encájate en la silla y comprueba que por detrás tienes unos cuatro dedos libres hasta el final del asiento. ‘
No tengas prisa
No tengas prisa en comprar tu silla. Hazlo sólo cuando tengas muy claro qué actividad vas a realizar sobre tu caballo.
Es preferible que utilices una silla prestada o que compres una silla de ocasión, antes de invertir una suma importante de dinero en la silla de montar equivocada.
Xavi Barrera
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